Grabado en Cuboestudio, Barañáin, una tarde cualquiera de agosto de 2023 Blackmagic Pocket 6K pro Carl Zeiss Jena Pancolar 50mm + Blazar Nero Anamorphic 1.5x

Sólo voz y guitarra, dolor, comprensión y ternura AGUR LEYRE es un ejercicio muy puntual que surgió tratando de comprender cuántas y qué tipo de secuelas pueden llegar a arrastrar a lo largo de la vida las personas que han sido víctimas de abusos sexuales. Habrá de todo, y por lo inabarcable del tema, opté finalmente por concretar una historia de largo recorrido. Imaginé esta idea en su expresión más evidente, la de una persona, una chica, Leyre, que tras la experiencia traumática de ser víctima de una violación grupal, jamás consiguió encontrar su norte, su sitio, y terminó siendo un entrañable personaje de barrio, desubicado en la sociedad pero querido en su entorno. Alguien a quien una jauría de hienas arrebataron la paz interior, la inocencia, la autoestima y la cordura, y que terminó ocupando la nocturna esquina de la barra de algún bar sin nombre para dar conversación y simpatía a las generaciones que fueron pasando por ese local y que tuvieron a bien prestarle oídos y réplicas. Una buena mujer entrada ya en años que camuflaba su perpetuo desazón entre las sombras de la noche y el alcohol, y acompañaba a las nuevas y viejas generaciones, convirtiéndose al final en parte de la vida de tod@s. Un personaje único e imprescindible. No puedo, y procuro no intentarlo demasiado, imaginar cuántas aberraciones oscuras y silenciosas han ocurrido, ocurren y ocurrirán sin que nadie lo sepa, sin que nadie pueda hacer nada, en tantos (o todos) pueblos y ciudades sobre la faz de la tierra, y cuántas personas arrastran una injusta condena sólo para satisfacer las miserias puntuales o sistemáticas de enfermos y psicópatas. De monstruos. No lo quiero imaginar pero me niego a ignorarlo, y creo que deberíamos dar luz a tanta oscuridad perturbadora y afrontar de forma implacable y arrolladora, como sociedad y como individuos, esta realidad tan devastadora y que de ninguna manera debiéramos dejar pasar de puntillas mirando hacia otro lado. AGUR LEYRE, AGUR No todo va a ser comer y beber cada vez que Mikel Larequi viene de visita por casa, así que un lunes cualquiera decidimos hacer algunas cosillas de vídeo, y cuando por la tarde acabamos en Cuboestudio, yo agarré la acústica, él la cámara, e hicimos esto con esta canción, una de tantas que tengo por ahí dando vueltas sin saber adónde ir, esperando su momento 🙂 Un plano secuencia en el minúsculo espacio en el que trabajo, y un poco de luz… Sólo voz y guitarra, dolor, comprensión y ternura